Le vendaron los ojos sin mirar
Apenas pisó las primeras lluvias,
le vendaron también los piés.
le vendaron también los piés.
Le vendaron la voz,
después de las palabras;
y ya sin cicatrices, la mas mínima consideración.
Quedó el vendaje justo para el viento
y un balanceo de loto al caminar...
1 comentario:
Ni los versos mas bellos podrían paliar la espantosa deformidad, en nombre de no se sabe qué hermosura o sensualidad.
Parece que, una vez más, comprobamos como el hombre ha inventado sufrimiento para sus semejantes en su estúpida busqueda de placer.
Gracias por dar luz a la barbarie una vez mas.
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